lunes, 2 de junio de 2008

Un escandaloso reportaje de ‘El Nacional’ sobre los resultados del 2-D acorrala al CNE - soc.culture.venezuela

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Asi es como Huguito ganara las proximas elecciones... CON FRAUDE... ojo
pueblo venezolano no se dejen joder del mico-mandante Chavez...

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Un escandaloso reportaje que hoy publica Javier Pereira en "El Nacional"
revela que el CNE dejó de contar 4.542 mesas para los resultados que dió
del 2-D. El diario destaca el silencio de los rectores ante las
numerosas irregularidades e inconsistencias encontradas.

Infografía que acompaña al artículo publicado en El Nacional (Venezuela)

Para ver en grande y leer, pulse la imagen

Este es el reportaje que hoy publica Javier Pereira en "El Nacional":

Roberto es un profesor universitario que fue acreditado como testigo de
mesa de la oposición en el referéndum del 2 de diciembre. Aquel día, a
las 4:00 de la tarde, falló una de las máquinas de votación del Colegio
Americano de Baruta y el proceso terminó de forma manual. Roberto se
quedó hasta el final, firmó feliz su acta de escrutinio (con un amplio
margen a favor del No) y pocas horas después estaba en la calle,
celebrando la primera derrota electoral del presidente Hugo Chávez en
más de nueve años de gobierno.

En ese mismo momento, pero al otro lado de Caracas, José Miguel no podía
creer que había sido rechazada la reforma de la Constitución, que
durante tantos meses defendió. Como estudiante de Trabajo Social y
vocero de un batallón socialista, se alistó como testigo electoral del
PSUV. Se levantó aquel domingo con el toque de la diana y se mantuvo al
frente de su mesa en el Instituto Técnico Jesús Obrero del 23 de Enero
hasta el final de la jornada, cuando firmó contento su acta de
escrutinio (que mostraba una amplia ventaja a favor del Sí) y se fue al
Palacio de Miraflores, a encontrarse con sus amigos y esperar los
resultados.

cuando el Consejo Nacional Electoral publicó en su página web los
resultados preliminares, ambos quisieron verificar las cifras de sus
actas de escrutinio.

Pero en la ficha de sus centros electorales se encontraron con un aviso
escrito en pequeñas letras rojas: "Disculpe en estos momentos no tenemos
resultados para este Ambito"(sic).

El CNE no contó esas actas.

En total, 4.542 mesas de votación no fueron computadas en el primer
boletín que leyó la presidenta del CNE, Tibisay Lucena, la madrugada del
lunes 3 de diciembre.

Han pasado seis meses desde aquel agitado domingo y los dos testigos
siguen esperando ver las cifras de sus actas, mientras alimentan sus
propias especulaciones. "Esas actas confirmarán que derrotamos a Chávez
por una morena", cree Roberto. "Seguro que la diferencia se estrecha y
hasta ganamos esa reforma", indica José Miguel.

Pero ninguna de esas hipótesis podrá ser confirmada, porque los rectores
del CNE decidieron hace tiempo desechar esas actas y meter bajo la
alfombra la voluntad de 1.810.186 votantes. Mientras tanto, los partidos
políticos pasaron la página para enfilarse a las elecciones regionales,
y los magistrados del TSJ desbaratan los recursos judiciales que
solicitan el conteo total de los votos del 2-D ¿Qué esconden esas 4.542
actas que nadie quiere contar?

Los numeritos.

No hubo un solo estado del país donde el CNE haya ejecutado y publicado
el conteo total de los votos. La mayoría de las actas faltantes
corresponden a mesas automatizadas repartidas por todo el territorio. La
situación más grave se concentra en los estados Apure, Barinas y Sucre,
donde faltan por contar más de 20% de los votos.

En el mapa destaca el caso de dos municipios donde no ha sido escrutado
ni un solo voto: Monagas y Mc Gregor, ambos del estado Anzoátegui.

Además, hay otros 16 municipios donde el conteo no alcanza ni la mitad
de los votantes inscritos, entre ellos Sabaneta de Barinas, la cuna del
presidente Hugo Chávez.

Pero el fenómeno no se limita a zonas rurales: en 83% de los municipios
del país faltan actas por totalizar, incluso en grandes ciudades como
Maracaibo (186 mesas) y Barquisimeto (154 mesas), donde el proceso fue
totalmente automatizado.

Caracas es un caso especial.

Sólo en el municipio Libertador faltan datos de 216 actas, incluyendo
centros como el liceo Andrés Bello (mesa 19), la escuela Experimental
Venezuela (mesa 5) y todas las mesas del hospital Rísquez, donde votó el
alcalde Freddy Bernal.

Mientras tanto, en los municipios del este de Caracas (Sucre, Baruta,
Chacao y El Hatillo, del estado Miranda) se acumulan 128 mesas sin datos.

Inconsistencias curiosas.

Además de la ausencia de resultados en 13,5% de las mesas de votación
del país, un informe elaborado por el equipo de la organización Esdata
revela inconsistencias graves en las declaraciones oficiales del CNE.

En el primer boletín, emitido la madrugada del 3 de diciembre, Tibisay
Lucena anunció una abstención de 44,1%.

Ese dato es incorrecto, porque fue calculado sobre la base del universo
total de votantes (16.109.644 personas) y no sobre el total de electores
asociados a las actas escrutadas (14.299.478 personas); es decir, los
técnicos del CNE sumaron a la abstención los electores de las actas que
no habían contado (1.810.186 personas).

Después de la publicación de ese primer boletín en la página web, con la
información discriminada por mesa, se pudo determinar que la abstención
en ese grupo de actas fue de 37,1%.

"Es incomprensible que la principal autoridad electoral del país cometa
semejante error, cuando se jactan de tener el sistema de votación
automatizado más eficiente del hemisferio", señala el profesor Guillermo
Salas, de Esdata.

Pero eso no es todo. Lucena hizo público un segundo boletín oficial, el
viernes 7 de diciembre, con 94% de las actas escrutadas. En ese reporte,
la presidenta del CNE aseguró que sólo restarían por contar "cerca de
200.000 electores asociados a 2.000 mesas de votación" en zonas
inhóspitas y en el exterior. Eso significa que ese boletín tenía los
resultados de 2.500 actas, asociadas a más de 1,6 millones de electores
que no habían sido escrutados en el primer reporte .

La sorpresa es que, después de ese conteo, el resultado final sólo se
incrementó en 42.895 votos repartidos entre los bloques del Sí y el No.
Esto sólo se puede explicar con un razonamiento asombroso: la abstención
promedio en las actas asociadas al segundo boletín está por encima de 97%.

Ese dato era muy sencillo de corroborar, si el CNE publicaba el segundo
boletín desglosado por acta en su página web. Pero eso nunca ocurrió.

Se esperó entonces la publicación de los resultados definitivos en la
Gaceta Electoral, con las fichas de totalización por estado (con 100% de
los votos escrutados), tal como ha ocurrido en los procesos celebrados
con las máquinas de votación de Smartmatic. Pero eso tampoco ocurrió.

Por primera vez desde que se adoptó el sistema automatizado, el CNE
decretó el punto final de un proceso electoral sin contar la totalidad
de las actas.

La irregularidad se consumó durante la segunda quincena de enero, con la
publicación de la resolución 071207-2943 en la Gaceta Electoral número
405. Allí se exponen las cifras del segundo boletín como "resultados
totales". Desde ese momento, el tema quedó cerrado en las oficinas del
Poder Electoral.

Ley de silencio.

Ninguno quiso hablar del tema, argumentando que "es un asunto viejo" y
"ya no está en la agenda". Fuentes cercanas a la directiva confirmaron
que existe un consenso entre los cinco rectores para no tratar el tema
públicamente y pasar la página.

"Ésa es una grosería al país".

"¿Cómo un funcionario le dice a los venezolanos que no se puede hablar
más de este tema? Esa actitud compromete la transparencia del CNE y
alimenta un montón de hipótesis inverosímiles, que le hacen un enorme
daño a la democracia", afirma Carlos Genatios, directivo de Ojo Electoral.

Los técnicos que han pretendido descifrar el misterio se hacen una
pregunta: ¿Qué tienen en común las 4.542 actas que no fueron contadas?
Casi todas corresponden a mesas en las que el oficialismo obtuvo una
clara mayoría en los comicios presidenciales de 2006. Más exactamente:
Hugo Chávez obtuvo 825.031 votos en esas actas, por sólo 384.564 votos
de Manuel Rosales.

Una simple aproximación estadística desplomaría otro argumento expuesto
por Tibisay Lucena en sus dos boletines oficiales: la supuesta
irreversibilidad del resultado.

Este elemento ha dado pie a algunos dirigentes oficialistas para
reforzar la hipótesis de que el chavismo pudo haber ganado el referéndum
con una ventaja mínima; argumento asomado por el propio presidente
Chávez la mañana del 5 de diciembre: "Cuidado. Porque si hubieran
seguido corriendo las horas, esa diferencia ha podido ser cero.
Entiéndanlo. Pero yo dije no, yo no quiero una victoria así".

El diputado Luis Camargo, uno de los enlaces del PSUV con el CNE,
sostiene hoy en día esa misma hipótesis: "Yo estoy convencido de que el
Sí ganó con poco margen. Pero eso no era conveniente para el país. No
era creíble que el Gobierno ganara con tan poquita diferencia. Nuestras
bases aceptaron que fue una decisión sabia".

Fuera de las filas chavistas, este argumento no tiene ninguna
credibilidad. "Los delegados del PSUV andan repitiendo eso desde hace
tiempo. Es la típica argumentación de mal perdedor. El No ganó, y el
Gobierno sólo busca maquillar su derrota", afirma Julio Borges,
dirigente de Primero Justicia.

Por su parte, Enrique Márquez, dirigente de Un Nuevo Tiempo, cree que
todo es parte de una estrategia para desmotivar al electorado opositor:
"Es una estrategia abstencionista. El CNE se niega deliberadamente a
presentar los resultados para que los partidos se concentren en eso, se
olviden de las elecciones regionales y se genere un desapego entre ...